Obra
La mano del día coloca los objetos:
frutos romanos sobre una mesa,
caballos soñando en un campo en calma,
sombras sigilosos en un puente,
barcas aguardándonos en un canal.
La mano del día coloca los objetos
para que los interpretemos –la vida
es el sentido de esas pocas cosas:
debemos mirarlas si queremos entender algo,
qué será de todo, qué nos espera.
La luz es el negativo de la sombra.
No quien llega a la tristeza ha entendido el mundo.
Quien encuentra su dicha lo comprende.
Martín López-Vega